sábado, julio 22, 2006

¡Con mi dinero, no!

Pamplona 20 de Julio de 2006.

Después de años de resistencia en silencio, empresarios vascos, navarros y de todas las regiones de España, unidos por nuestra identificación sin fisuras con la Constitución de 1978, hemos decidido, aunque la experiencia de cada uno es distinta, constituir la Plataforma de Empresarios Constitucionalistas del Foro Ermua. En nuestra peculiar situación, vergonzosamente insólita en un país de la Unión Europea, queremos hacer públicos en nuestro manifiesto fundacional los siguientes puntos:

1. Durante décadas hemos sufrido la extorsión de ETA y la constante
amenaza sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, sobre nuestros
negocios y sobre nuestro patrimonio sin que hayamos estado en ningún
momento debidamente protegidos desde las instituciones. Los que
vivimos, o hemos vivido, en el País Vasco ni siquiera hemos estado
seguros con un Departamento de Interior cuyos responsables llegaron a
desamparar, con su discurso político, a la propia Ertzaintza ante los
ataques del mundo de ETA y a cerrar el camino de la deseable
colaboración con los otros cuerpos de seguridad al considerarlos
pública y explícitamente como "fuerzas coloniales de ocupación". Es
hora de plantear la cuestión de la seguridad en su verdadero
dramatismo. ¿Qué protección frente a ETA cabe esperar de quienes se
expresan así?

2. El insincero y retórico izquierdismo del que hoy hace gala el mundo
nacionalista sin excepción, y por desgracia el propio Gobierno de la
Nación, abunda en la frívola identificación del colectivo empresarial
con lo reaccionario y en nuestra deslegitimación tradicional como
sector democrático digno de respeto. Esta identificación absolutamente
injusta, dado el estabilizador papel del empresariado durante nuestra
transición democrática, es especialmente deplorable en el contexto
vasco en el que al compromiso democrático se ha añadido el compromiso
moral de permanecer en nuestra tierra creando riqueza en condiciones
de hostilidad y de peligro. Creemos que, en lo que respecta a la
visión de la figura del empresario, ha llegado la hora de la madurez
para nuestra clase política y para una sociedad que no sólo ha
aceptado el sistema de libre mercado sino que además cuenta con
importantes sectores nacionalistas que, desgraciadamente, se han
beneficiado hasta lo ilícito en las bien conocidas redes
"clientelares", entre otros casos de corrupción, y en el propio
entramado para la financiación del terrorismo, a través de los
llamados "yuppies de ETA", encausados en el sumario 18/98 del
Macrojuicio contra la banda terrorista.

3. Ejerciendo la libertad, que se nos niega y con el objetivo de
alcanzarla plenamente en un día próximo, nos negamos, en privado y en
público, a que con nuestro dinero se financie el terrorismo y se
rearme ETA. Es decir, nos negamos a pagar ese mal llamado "impuesto
revolucionario" durante la mal llamada "tregua" o "alto el fuego". Lo
realmente revolucionario en el País Vasco y en Navarra, y puede hacer
digna la paz con libertad a la que aspiramos, es la resistencia
democrática al chantaje habitual de los extorsionadores del
independentismo totalitario.

4. Llamamos a la rebeldía cívica porque creemos que esta situación ha
de servir para que ETA renuncie de manera definitiva a la extorsión,
como resultado de una reacción institucional y social que les obligue
a esa renuncia. En nuestra mano está negarnos, pero en manos del
Gobierno está la obligación de hacerles frente con todos los resortes
del Estado de Derecho y con todos sus altavoces mediáticos. Y en manos
de la sociedad está demandar, secundar y arropar este compromiso de
resistencia que hoy hacemos público. Exigimos el amparo no ya sólo
policial sino también ideológico y social que merecemos para hacer
frente a este reto.

5. El hecho de que las cartas de extorsión de ETA a empresarios sigan
llegando después del comunicado en el que la banda terrorista
explicitaba su chantaje a la democracia española y a la francesa es
una evidencia, que el Gobierno ha querido primero negar y luego
ignorar. Estas cartas no hacen sino expresar el chantaje económico
paralelo y consecuente con el político que escenifica una amenaza
terrorista real.

6. Pensamos que ha llegado el momento de que formulemos, por fin,
nuestra situación y nuestras justas demandas en términos de ideología
y de ética democráticas. El empresariado es uno de los sectores más
castigados, y a la vez más desprotegidos, por esa cara tan genuina de
ETA: la del chantaje. Denunciamos la doble moral de unos
representantes políticos y de una sociedad que abrazan en la vida
diaria la economía liberal pero luego nos desamparan ideológica y
moralmente para hacer frente a los enemigos de la libertad y de la
seguridad de todos.

7. Finalmente, queremos hacer pública nuestra rebelión no sólo ante
ETA y sus extorsiones, ni ante la situación de inseguridad física que
hemos mencionado, sino también ante la inseguridad económica a la que
condena de manera habitual el nacionalismo vasco con sus descabellados
órdagos al marco institucional y de convivencia. Denunciamos, también,
la inseguridad a la que nos condena el propio Gobierno de la Nación al
plantear negociaciones con los terroristas y con sus cómplices
políticos. Como empresarios merecemos un clima propicio para nuestro
trabajo que palie en lo posible, y no que agrave indefinidamente, el
riesgo inevitable que por sí mismas puedan conllevar nuestras
inversiones. Nos rebelamos ante la proverbial inconsciencia del
nacionalismo vasco que se ha beneficiado de la prosperidad general,
sirviéndose de ella para alimentar las demandas políticas que socavan
la estabilidad y el progreso. La inseguridad personal, la extorsión y
la irresponsabilidad del nacionalismo en el poder han provocado que
muchos de nosotros abandonáramos el País Vasco. Nos rebelamos ante la
situación económica que hoy tiene nuestra tierra y que podía haber
sido significativamente mejor, sin ETA. Con nuestro dinero no se va a
financiar la banda terrorista y con nuestro silencio no vamos a dejar
que se financien los desafíos nacionalistas a la legalidad
constitucional y al orden económico en que vivimos unos y otros.

Plataforma de Empresarios Constitucionalistas del Foro Ermua

www.foroermua.com
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